viernes, 6 de abril de 2012

Invictus

Fuera de la noche que me cubre
negra como el abismo de polo a polo, 
agradezco a cualquier dios que pudiera existir
por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
ni me he lamentado ni he dado gritos. 
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
es inminente el horror de la sombra, 
y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo. 

No importa cuan estrecha sea la puerta,
cuan cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma. 
                                                                                       
                                                                                                         William Ernest HENLEY          


La fuerza de este poema ha hecho que sea el primero de los que he querido poner aquí. La fuerza que por sí solo posee hace que cada vez que se lee infunda animo en nuestros corazones. A Nelson Mandela le dio fuerzas durante los 27 años que estuvo prisionero por motivos políticos. Y es que "pase lo que pase, nada podrá con nuestra entereza, pues somos los amos de nuestros destinos, los capitanes de nuestras almas". 

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