miércoles, 25 de abril de 2012

El orgullo olvidado del pueblo español

Maldito sea el pueblo que no se levanta contra los dirigentes que los oprimen, maldito sea el pueblo que permite que sus hijos mueran de hambre, enfermos y famélicos, sin un libro que leer ni un cuadro que contemplar, con tan solo un dios al que rezar. Maldito sea el pueblo que alimenta la panza de los magnates que dirigen sus destinos mientras su vientre plano marca los huesos de las caderas, maldito sea el pueblo que paga la educación a los hijos mimados de sus corruptos gobernantes para perpetuar su incompetencia mientras destinan a sus hijos a sostenerlos con el sudor de su frente y el dolor de sus huesos. Maldito sea el pueblo que ahoga sus penas en alcohol, que se deja extasiar por la sangre bovina y que no ve más allá del circo de los deportes, maldito sea porque en su vagancia y alcoholismo tiran por tierra el esfuerzo de generaciones enteras de obreros que lucharon por un futuro mejor, maldito sea por olvidar la sangre de sus ancestros vertida por su bienestar, maldito sea por olvidar su sudor, su sufrimiento, su infancia perdida entre picos y martillos y su vejez prematura. Maldito sea el que crea que no va con él siendo hijo del sudor y del esfuerzo, maldito sea el obrero que olvide su condición de pobre, maldita sea la memoria del pueblo, esa memoria que ha olvidado de donde viene y cuanto ha sufrido. Maldito sea, por encima de todo, el olvido, pues él nos condenará a repetir nuestra historia de sufrimientos.

¿Dónde está el orgullo español, la casta ancestral, el ferviente valor ante las injusticias, dónde está vuestra sangre de hombres libres, dónde está vuestra alma reivindicativa, vuestro espíritu de pueblo? Yo os lo diré, enterrados bajo la opulencia de vuestras casas, vuestros coches y vuestras ropas de marca. Vuestro peor error es pensar que sois ricos, pero ya me contaréis cuando tengáis que vender vuestros coches para pagar el médico, cuando vistáis harapos para pagar la educación de vuestros hijos o cuando os echen de vuestras casas por no pagar las deudas, ricos proletarios.

¿Solución? Solo una cabe: revolución. Eliminad de una vez de vuestras cabezas la asociación de revolución con marxismo. Una revolución es un cambio radical, y es justo eso lo que hay que hacer, cambiar radicalmente nuestro rumbo para que no paguemos siempre los mismos. Hagamos una revolución en la que el Estado no haga ricos a los políticos a costa del resto del pueblo, en la que los corruptos no salgan indemnes, en la que sean los más aptos los que gobiernen y no unos incompetentes a los que el traje y la corbata les da la fachada de aptos. Tomemos la calle, pero de verdad, nada de acampadas en Sol ni talleres, acción directa, lucha de verdad contra aquellos que empobrecen al pueblo, huelga general indefinida hasta que se escuchen nuestras quejas. Tengamos el valor de hacer frente a aquellos que nos empobrecen más cada día para engordar sus bolsillos y barrigas. Seamos de nuevo pueblo orgulloso y celoso de su libertad y su bienestar. Solo así podremos vivir con dignidad y dar a nuestros hijos una herencia digna de ser perpetuada.

5 comentarios:

  1. En vez de "Bienaventurados"... "Maldito sea"."Maldito sea" este presente que nos tocó vivir. ¿Cambiarlo a través de una revolución? ¿Tú lo ves posible? Yo no. Pero si la hay, en ella nos encontraremos, te lo aseguro. Indolencia, resignación, miedo y hartazgo es lo que yo veo en España. Ansias revolucionarias, pocas.¿Y quién las canalizaría o integraría? ¿los sindicatos?¿el 15-M? "Laisser-faire", eso es lo que hay. Y así nos están desmantelando, ya no el estado de bienestar, sino el propio estado, que lo están vendiendo. Sólo quedamos por ser privatizados nosotros. Y no recuperaremos lo que estamos perdiendo, lo que estamos dejando que nos arrebaten... El "espíritu de pueblo" se quedó allá en el 1808, o en ciertos episodios revolucionarios, republicanos... En fin...

    Un saludo, Pablo.

    Lamento ser tan pesimista, pero es lo que yo pienso.

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  2. Realmente la poca fe que tengo se va apagando con el paso del tiempo y la, como bien has dicho, indolencia de los españoles. La revolución que deberíamos de hacer sería de las mentalidades realmente, revolucionar el pensamiento y el sentir de los españoles, pero eso es aun más difícil que una revolución convencional. Ojalá la cosa cambie dentro de poco, ojalá el espíritu combativo que nos ha caracterizado en otras épocas solo esté aletargado esperando despertar y luchar por lo que es suyo, pero cada día creo más en la muerte de ese espíritu y menos en su sueño.

    Ni sindicatos ni 15-M, todo se corrompe, todo acaba siendo una decepción vacía de contenido. No se realmente qué se debería hacer, quizás lo ideal fuese una explosión del pueblo, pero una explosión real, algo tan grande y tan irrefrenable que no se convierta en una mera acampada en el centro de las ciudades. Pero todo esto es tan utópico que realmente no puedo creer en ello. Yo también soy bastante pesimista con todo lo vivido hasta ahora. Creo que estas lineas serán toda la revolución que veré, ojalá fuese otra en la que nos pudiésemos encontrar y que bajo los adoquines estuviese la playa.

    Ojalá nos equivoquemos con nuestro pesimismo.

    Un saludo Ana

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  3. El espiritu del pueblo es un sentimiento que todos llevamos dentro, pero con el paso del tiempo y el bien estar de las personas a ido desapareciendo por el hecho de no tener la necesidad de desarrollarlo. Aparte de que nadie quiere perder lo poco que tiene y por ese simple hecho no podremos estar juntos en una revolución y por ende no seremos un pueblo. Por eso ya no tenemos ese orgullo, el orgullo del pueblo.

    Lo unico claro es que si no nos unimos no hacemos nada y hace mucho tiempo q ya las personas dejaron de estar unidas.

    Es una lastima que asi sean las cosas,esperemos de que la gente vuelva sentir que todos dependemos de todos y tomemos ejémpo de nuestros antepasados.

    un saludo Andy

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  4. La juventud española vive borracha de viernes a domingo,a ellos no les importa lo que esta pasando, les roban su futuro y sus vidas y ellos sólo piensan en botellones y fiesta, tienen lo que se merecen, y nada más.

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  5. Es verdad, pero todavía no han pasado necesidades, no les faltan 5 euros para irse a un chino y comprar alcohol...no quieren más, en casa tienen el plato caliente y la cama limpia y con eso se conforman. Esto no es una crisis económica ni social, esto se llama estasis, la misma que sufrió el imperio romano antes de desaparecer, y pasa sólo por el desinterés ante los urdangarines y las infantitas sinverguenzas.

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